parte anterior: El equilibrio de los mundos capitulo 9
Capítulo 10: La batalla final contra Arie parte final, El Despertar de la Verdadera Fuerza
Eira, envuelta en la intensa luz blanca de su nuevo poder, se lanzó hacia Arie con una determinación renovada. Sus movimientos eran fluidos y poderosos, cada golpe resonando con la fuerza de un trueno. Arie, que antes había mostrado confianza y desdén, ahora se encontraba a la defensiva, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y miedo.
El primer golpe de Eira impactó a Arie en el abdomen, haciéndola retroceder varios pasos. La oscuridad en los ojos de Arie brillaba con una intensidad creciente mientras se preparaba para contraatacar. Con un grito de rabia, lanzó una serie de hechizos oscuros hacia Eira, pero la luz que emanaba de la joven los desintegraba antes de que pudieran alcanzarla.
—¡No puedes detenerme, Arie! —gritó Eira, su voz resonando con una fuerza nueva y poderosa—. ¡He encontrado mi verdadero poder!
Arie, furiosa, intensificó sus ataques, pero Eira los esquivaba con una agilidad sorprendente. Con un giro rápido, Eira lanzó una ráfaga de energía pura que golpeó a Arie de lleno, enviándola contra la pared del misterioso lugar blanco. La oscuridad alrededor de Arie parecía tambalearse, como si su propia esencia estuviera siendo desmantelada.
A pesar de su creciente ventaja, Eira comenzó a sentir que la energía dentro de ella se volvía abrumadora. La luz blanca que la rodeaba se intensificaba y sus ataques se volvían cada vez más destructivos. Incapaz de controlarse por completo, Eira golpeó a Arie con una serie de ataques brutales, cada uno más poderoso que el anterior.
—¡Detente, Eira! —suplicó Arie, su voz quebrada por el dolor y la desesperación—. ¡Esto… no puede estar pasando…!
Pero Eira no podía detenerse. La energía que la llenaba era imparable, y cada golpe que lanzaba a Arie la acercaba más a la victoria, pero también a un punto de no retorno. Finalmente, con un grito de furia y desesperación, Eira lanzó un golpe final que derribó a Arie, dejándola malherida y derrotada en el suelo.
De repente, Eira se despertó, su respiración agitada y su corazón latiendo con fuerza. Se encontraba en su cama en la Academia Arcana, cubierta de sudor frío. A pesar de la confusión, sabía que había logrado lo que necesitaba: había derrotado a Arie y despertado su verdadero poder. Sin embargo, una sensación de inquietud la envolvía; el poder que había desatado era inmenso, pero también peligroso.
Ese mismo día, en los pasillos de la academia, Amateurs volvió a molestar a Eira. Esta vez, sin embargo, Eira sintió una nueva confianza al notar que podía utilizar su magia con normalidad. Cuando Amateurs la empujó, Eira levantó una mano y canalizó su energía, lanzando un pequeño rayo de luz hacia él. Amateurs retrocedió sorprendido, pero rápidamente recuperó su compostura y atacó.
Eira intentó defenderse, pero al desatar su poder, se dio cuenta de que no podía controlarlo completamente. Su magia era inestable y descoordinada, lanzando destellos de luz y energía en todas direcciones. Amateurs esquivó fácilmente sus ataques y la venció, dejándola en el suelo con una mezcla de humillación y frustración.
—No tienes nada de especial, Eira —se burló Amateurs, su voz llena de desprecio—. Sigues siendo tan patética como siempre.
Frustrada pero no derrotada, Eira decidió que debía entrenar su nuevo poder. Sabía que sin control, su fuerza podría ser tan peligrosa para ella como para sus enemigos. Se dirigió al bosque cercano a la academia, donde podía practicar sin ser molestada.
Mientras Eira entrenaba arduamente, lejos de la vista de sus compañeros, una figura oscura la observaba a la distancia. Oculto entre las sombras, un espía seguía cada uno de sus movimientos con ojos llenos de malicia. Sus intenciones eran claras: aprovechar cualquier debilidad que Eira mostrara.
Los días pasaron y Eira continuó su entrenamiento, enfrentándose a la frustración y al miedo de perder el control. Pero con cada intento, sentía que estaba un paso más cerca de dominar su verdadero poder. Sabía que el camino sería largo y difícil, pero estaba decidida a no rendirse.
Una tarde, mientras Eira practicaba en el bosque, sintió una presencia a sus espaldas. Se giró rápidamente, esperando ver a uno de sus amigos, pero no había nadie. La sensación de ser observada persistió, haciéndola sentir incómoda y alerta.
—¿Quién está ahí? —gritó Eira, sus ojos buscando entre los árboles.
La figura oculta en las sombras se retiró silenciosamente, pero sus ojos seguían fijos en Eira. Sus planes oscuros estaban en marcha, y pronto, Eira se enfrentaría a un nuevo enemigo que pondría a prueba no solo su poder, sino también su espíritu.
La batalla contra Arie había terminado, pero un nuevo desafío se cernía sobre Eira. Su camino hacia la maestría de su poder apenas comenzaba, y las amenazas desconocidas acechaban en la oscuridad, esperando el momento oportuno para atacar.