parte anterior: El equilibrio de los mundos, capitulo 14
Capítulo 15: El Misterio de la Enfermedad de Nix
Eira, Zephyr y Aurora corrían por los pasillos de la academia, buscando desesperadamente a alguien que pudiera ayudar a Nix. El pánico latente en sus corazones les daba una urgencia casi frenética. Al girar una esquina, se encontraron con el profesor Eldrin, un mago anciano y sabio que era conocido por su vasta experiencia en hechizos de curación.
—Profesor Eldrin, necesitamos su ayuda —dijo Zephyr, tratando de mantener la calma en su voz—. Nuestra amiga Nix está enferma y alucinando. No sabemos qué hacer.
El profesor Eldrin frunció el ceño con preocupación y asintió rápidamente.
—Llévenme a ella —ordenó, sus ojos reflejando la seriedad de la situación.
Guiaron al profesor de vuelta a la habitación de Nix, donde ella seguía murmurando y agitándose en la cama. Eldrin se acercó y comenzó a examinarla detenidamente, murmurando palabras en un idioma arcano que Eira no entendía. Tras unos momentos, el profesor se volvió hacia los tres amigos, su rostro grave.
—Esta no es una enfermedad común —dijo Eldrin lentamente—. Parece que ha sido afectada por una magia oscura y poderosa. Necesitamos investigar más para encontrar la fuente y el antídoto.
Eira sintió un nudo en el estómago. La idea de una magia oscura afectando a Nix la llenaba de temor, pero también de determinación.
—¿Qué podemos hacer para ayudar? —preguntó Eira, su voz firme.
Eldrin los miró con seriedad, evaluando su disposición a enfrentar el peligro.
—Voy a necesitar ingredientes especiales para preparar un antídoto. Los encontrarán en el Bosque Sombrío, al norte de la academia. Es un lugar peligroso, pero es nuestra mejor esperanza.
Zephyr, Eira y Aurora intercambiaron miradas decididas. Sabían que no había tiempo que perder.
—Iremos al Bosque Sombrío y conseguiremos lo que necesite —dijo Zephyr con determinación.
Antes de que pudieran salir, la puerta se abrió de golpe y Nyx, el hermano gemelo de Nix, entró apresuradamente en la habitación. Su rostro estaba pálido y lleno de preocupación.
—¿Qué le ha pasado a mi hermana? —preguntó Nyx, su voz temblando ligeramente.
Eldrin le explicó la situación brevemente, y Nyx apretó los puños con determinación.
—Voy con ustedes —dijo Nyx—. Conozco el Bosque Sombrío mejor que nadie. Mi hermana necesita ayuda y no voy a quedarme aquí esperando.
Zephyr asintió, reconociendo la determinación de Nyx.
—Bien, seremos más fuertes juntos. Vamos.
Eldrin les entregó una lista de los ingredientes necesarios y algunas pociones para protegerse durante su viaje.
—Tengan cuidado. El Bosque Sombrío está lleno de criaturas peligrosas y trampas mágicas. No se arriesguen innecesariamente —advirtió Eldrin.
Con el corazón lleno de preocupación y valentía, Eira, Zephyr, Aurora y Nyx se prepararon para su viaje. Se aseguraron de llevar todo lo necesario y partieron hacia el Bosque Sombrío, conscientes de los peligros que les aguardaban pero decididos a salvar a su amiga.
El Bosque Sombrío estaba a solo unas horas de caminata desde la academia, pero el ambiente cambió drásticamente al adentrarse en sus profundidades. Los árboles eran altos y retorcidos, sus ramas creando sombras inquietantes. El aire estaba cargado de una energía oscura que ponía los nervios de punta.
—Manténganse alerta —dijo Zephyr, tomando la delantera con su bastón mágico listo.
Aurora y Eira lo siguieron de cerca, sus ojos escudriñando el entorno en busca de cualquier señal de peligro. Nyx, familiarizado con el bosque, se movía con confianza, guiando al grupo con rapidez y eficiencia.
Finalmente, llegaron a un claro donde crecían las plantas que Eldrin había descrito. Zephyr comenzó a recolectarlas con cuidado, mientras Aurora vigilaba el perímetro. Eira y Nyx se encargaron de buscar las raíces y hongos especiales necesarios para el antídoto.
—Aquí están —dijo Nyx, mostrando un hongo brillante que crecía en la base de un árbol antiguo—. Necesitamos más de estos.
De repente, un ruido fuerte rompió la calma tensa, y una figura oscura emergió de entre los árboles, lanzándose hacia ellos.
—¡Cuidado! —gritó Zephyr, alzando su bastón para lanzar un hechizo defensivo.
La figura resultó ser una criatura oscura y feroz, con ojos brillantes y garras afiladas. Eira y Aurora se unieron a la lucha, utilizando todas sus habilidades para mantener a raya al monstruo. Nyx, mostrando su destreza, lanzó una serie de hechizos precisos que desorientaron a la criatura, facilitando su derrota. La batalla fue intensa, pero con su trabajo en equipo, lograron derrotar a la criatura.
—Tenemos que darnos prisa —dijo Aurora, jadeando—. No sabemos cuántas más de esas cosas hay por aquí.
Con la criatura derrotada y los ingredientes recolectados, los cuatro amigos regresaron rápidamente a la academia, su preocupación por Nix impulsándolos a moverse con mayor urgencia. Al llegar, encontraron a Eldrin esperando ansiosamente.
—Aquí están los ingredientes, profesor —dijo Zephyr, entregándoselos.
Eldrin comenzó a trabajar de inmediato, mezclando los ingredientes con precisión y recitando hechizos curativos. Eira, Zephyr, Aurora y Nyx observaron con esperanza, confiando en que el profesor pudiera salvar a su amiga.
Después de lo que pareció una eternidad, Eldrin finalmente terminó el antídoto y lo administró a Nix. Todos contuvieron la respiración, esperando que funcionara. Lentamente, los murmullos y el malestar de Nix comenzaron a disminuir, y su respiración se hizo más regular.
—Va a estar bien —dijo Eldrin con una sonrisa cansada—. Necesitará tiempo para recuperarse, pero lo lograron.
Eira sintió una oleada de alivio, y lágrimas de gratitud llenaron sus ojos. Zephyr y Aurora compartieron una mirada de triunfo y satisfacción. Nyx, junto a la cama de su hermana, le tomó la mano con cuidado, susurrando palabras de consuelo.
Habían enfrentado un gran peligro y habían salido victoriosos, fortaleciendo aún más su amistad y su determinación para enfrentar cualquier desafío que el destino les lanzara.
El capítulo terminó con los amigos reunidos alrededor de Nix, sabiendo que, aunque la batalla había sido difícil, su amistad y su valentía les habían permitido superar la oscuridad.