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Capítulo 16: La Sombra del Pasado
Una vez que Nix comenzó a recuperarse, la vida en la Academia Arcana volvió lentamente a la normalidad. Sin embargo, Eira no podía sacudirse la sensación de inquietud. Desde el incidente en el Bosque Sombrío, había notado que su conexión con 3ì4â se había vuelto más fuerte y, a veces, más difícil de controlar.
Una tarde, mientras todos se reunían en el comedor, Eira decidió hablar con Zephyr y Aurora en privado. Se retiraron a un rincón tranquilo del jardín de la academia.
—Hay algo que debo contarles —comenzó Eira, su voz temblando ligeramente—. Desde el incidente en el bosque, he estado sintiendo que 3ì4â se está haciendo más fuerte. Temía que pudiera perder el control otra vez.
Zephyr la miró con preocupación, tomando su mano para reconfortarla.
—No estás sola, Eira. Estamos aquí para ayudarte —dijo con determinación—. Necesitamos encontrar una manera de entender y controlar este poder.
Aurora asintió, su expresión seria.
—Tal vez el profesor Eldrin pueda ayudarnos. Tiene vastos conocimientos sobre magia antigua y podría saber algo sobre 3ì4â.
Decidieron buscar al profesor Eldrin, quien los recibió en su despacho lleno de libros y pergaminos antiguos. Después de escuchar la preocupación de Eira, Eldrin asintió pensativamente.
—La presencia de 3ì4â es inusual y peligrosa. Es una manifestación de tu magia interior, pero con una voluntad propia. Para entenderla mejor, necesitaremos realizar un ritual que nos permita comunicar directamente con esta entidad.
Eira sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero asintió. Sabía que esto era necesario.
—Estoy dispuesta a hacerlo, profesor.
Eldrin los llevó a una sala de rituales oculta en las profundidades de la academia. El ambiente era pesado y cargado de energía arcana. Eira se colocó en el centro de un círculo de símbolos mientras Eldrin recitaba encantamientos en un antiguo idioma. Zephyr y Aurora se quedaron cerca, listos para intervenir si algo salía mal.
El aire a su alrededor comenzó a vibrar y, de repente, una figura translúcida apareció frente a Eira. Era 3ì4â, una versión de ella misma, pero con una expresión traviesa y ojos que brillaban con malicia.
—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Eira, su voz firme pero con un matiz de temor.
3ì4â sonrió de manera inquietante.
—Quiero libertad, Eira. Estoy cansada de estar atrapada en tu interior. Juntas podríamos ser imparables, si solo me dejaras salir.
Zephyr dio un paso adelante, protegiendo a Eira.
—No puedes controlar a Eira. Ella es más fuerte que tú.
3ì4â se rió suavemente.
—Veremos si eso es cierto, Zephyr.
Eldrin intervino, su voz autoritaria.
—3ì4â, eres parte de Eira, y como tal, debes aprender a coexistir en armonía con ella. No puedes dominarla ni destruirla.
El enfrentamiento verbal continuó, con Eira tratando de negociar una tregua con 3ì4â. Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, 3ì4â pareció ceder.
—Está bien. Intentaré no interferir demasiado… por ahora —dijo, desapareciendo lentamente.
Eira cayó de rodillas, exhausta por el esfuerzo. Zephyr y Aurora la ayudaron a levantarse, sus rostros llenos de preocupación y alivio.
—Lo hiciste bien, Eira —dijo Aurora, abrazándola.
—Esto es solo el comienzo —dijo Eldrin—. Pero has demostrado una gran valentía. Seguiremos trabajando para entender y controlar esta entidad.
Con el apoyo de sus amigos y el conocimiento de Eldrin, Eira sintió una renovada determinación. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero no estaba sola. Juntos, podrían enfrentar cualquier oscuridad que amenazara con desbordar su mundo.