Capítulo anterior: El equilibrio de los mundos, Capitulo 20
Capítulo 21: Rescate en la Oscuridad, la batalla contra 3ì4â, parte 2
Zephyr observaba impotente cómo la figura distorsionada de Eira, ahora bajo el control de 3ì4â, se alzaba ante él. Su piel había adquirido un tono oscuro y su rostro, antes dulce y familiar, ahora mostraba la malicia y la crueldad de 3ì4â. El tornado de energía oscura se había desatado, empujándolo con una fuerza abrumadora que lo mantenía a distancia. En su desesperación, gritó el nombre de Eira, pero no hubo respuesta. Solo el eco de la risa cruel de 3ì4â resonaba en sus oídos.
Antes de que pudiera ser arrastrado por completo, sintió los brazos fuertes de Aurora sujetarlo. Con un esfuerzo monumental, ella lo levantó del suelo, utilizando su magia para crear un escudo protector que los alejara de la vorágine de energía. Mientras volaban, Zephyr vio cómo la figura de Eira, o más bien la de 3ì4â, desaparecía en la distancia, envuelta en una nube oscura. Su corazón se llenó de dolor y desesperanza.
Aurora, con el ceño fruncido por la preocupación, lo llevó a un lugar seguro, donde Nix y Nyx ya estaban esperando. Ambos estaban tensos, conscientes de la gravedad de la situación. Sabían que no podían permitirse perder a Eira, ni dejar que 3ì4â ganara esta batalla.
—Tenemos que actuar rápido —dijo Aurora, colocando a Zephyr suavemente en el suelo—. No podemos permitir que 3ì4â mantenga a Eira atrapada en su propia mente. Si lo logramos, podría ser su final.
Nix asintió, su expresión decidida. —He estado investigando un hechizo que podría permitirnos entrar en su mente y ayudarla desde adentro, pero será peligroso. Si fallamos, podríamos quedar atrapados también.
—No hay otra opción —respondió Zephyr, su voz firme a pesar de la angustia que lo consumía—. Tenemos que salvarla.
Mientras tanto, en el interior de la mente de Eira, la tortura que 3ì4â le infligía era implacable. Cada rincón de su ser estaba siendo destrozado, tanto física como emocionalmente. Eira, ahora una prisionera en su propio cuerpo, sentía las garras de 3ì4â hundiéndose en lo más profundo de su psique, manipulando sus miedos y dudas.
3ì4â disfrutaba del sufrimiento de Eira, su voz retumbando en su mente como una pesadilla sin fin.
—¿Lo sientes, Eira? —susurraba 3ì4â con malicia—. Esta es tu verdadera naturaleza. Todo el poder que alguna vez creíste controlar no era más que una ilusión. Yo soy el poder, yo soy la oscuridad que siempre ha estado dentro de ti.
Eira luchaba por mantener su cordura, recordando los momentos felices que había compartido con Zephyr y sus amigos. Intentaba aferrarse a esas imágenes, a esos sentimientos, pero 3ì4â era implacable, llenando su mente de sombras y dolor.
De vuelta en el mundo real, Nix, Nyx, Aurora y Zephyr se preparaban para el arriesgado hechizo. Formaron un círculo alrededor de Zephyr, quien sería el enlace directo con Eira, debido a su conexión emocional con ella. Mientras Aurora comenzaba a entonar las palabras del hechizo, Nix y Nyx unieron sus energías para fortalecer la barrera mágica que los protegería durante la incursión.
Zephyr sintió cómo su conciencia comenzaba a desvanecerse, siendo atraída hacia el vórtice del hechizo. Pronto, todo a su alrededor se oscureció, y cuando volvió a abrir los ojos, se encontraba en un paisaje desolado, similar al que Eira había descrito en sus pesadillas.
Aurora, Nix y Nyx aparecieron a su lado, sus formas espectrales flotando en ese vacío.
—Estamos en su mente —dijo Aurora, observando el entorno con preocupación—. Tenemos que encontrarla rápido.
—Y detener a 3ì4â antes de que sea demasiado tarde —añadió Nyx, su voz tensa.
Mientras avanzaban, el ambiente se volvía más opresivo, y el aire se llenaba de una energía oscura que intentaba debilitarlos. Podían sentir la presencia de 3ì4â en cada rincón, acechándolos, esperando el momento adecuado para atacar.
En otra parte de la mente de Eira, 3ì4â intensificaba la tortura, sumergiendo a Eira en un abismo de desesperación. La mantenía encadenada, forzándola a revivir sus peores miedos una y otra vez. Eira, exhausta y casi sin fuerzas, comenzó a perder la esperanza.
—Nadie vendrá por ti —susurró 3ì4â, su voz un veneno que se filtraba en la mente de Eira—. Estás sola, como siempre lo has estado. Y pronto, tu conciencia se desvanecerá por completo, y yo seré todo lo que quede.
Pero justo cuando 3ì4â estaba a punto de sumergir a Eira en la oscuridad total, Aurora, Zephyr, Nix y Nyx irrumpieron en la escena. Aurora fue la primera en ver a Eira, encadenada y desgarrada por el dolor. Sin dudarlo, corrió hacia ella, desatando un rayo de luz que rompió las cadenas que la mantenían prisionera.
—Eira, estamos aquí —dijo Aurora, su voz llena de una calidez que cortó las tinieblas—. No estás sola. Nunca lo has estado.
Eira, apenas consciente, alzó la vista y vio a sus amigos rodeándola. Las lágrimas llenaron sus ojos mientras la esperanza, que creía perdida, comenzaba a renacer en su interior. Sin embargo, el peligro no había pasado. 3ì4â, furiosa por la intromisión, dejó escapar un grito ensordecedor y desató una ola de energía oscura que amenazaba con destruirlos a todos.
Zephyr, Nix, y Nyx se prepararon para la batalla final, conscientes de que este sería el enfrentamiento decisivo. Mientras se acercaban a 3ì4â, Eira intentaba levantarse, con Aurora a su lado brindándole fuerzas. Sabían que no podían vencer a 3ì4â por la fuerza, sino por la voluntad de Eira de recuperar su propio poder.
—Recuerda quién eres, Eira —dijo Aurora con urgencia—. No eres una víctima. Eres una guerrera, una líder, y sobre todo, eres nuestra amiga. No dejes que 3ì4â te robe lo que eres.
Eira asintió débilmente, sintiendo la conexión con sus amigos fortalecerse con cada palabra. Sabía que la batalla más difícil estaba dentro de ella misma. Si quería derrotar a 3ì4â, tenía que aceptar su oscuridad y convertirla en su fortaleza.
El capítulo termina con Eira, aún tambaleante, levantándose con la ayuda de Aurora. Zephyr, Nix y Nyx se preparan para enfrentar a 3ì4â mientras una batalla titánica se desata en la mente de Eira. El destino de todos pende de un hilo mientras la oscuridad y la luz chocan en un último y desesperado enfrentamiento.
