El sendero de las sombras, capítulo 5

Capitulo anterior: El sendero de las Sombras, capitulo 4

Capítulo 5: Entre el Amor y el Conflicto


Un Día Perfecto Arruinado

El día había comenzado de manera ideal. Luca y May caminaban por las calles de Kyoto, charlando y disfrutando de la cálida brisa primaveral. Las flores de cerezo estaban en plena floración, pintando el paisaje con tonos rosados. May estaba especialmente emocionada, ya que había sugerido visitar un pequeño parque oculto entre los callejones de la ciudad, un lugar secreto al que solo unos pocos sabían llegar.

“Este lugar es hermoso, May. No puedo creer que nunca me lo hayas mostrado antes,” comentó Luca mientras observaba los cerezos en flor, cuyas ramas parecían extenderse hacia el cielo como una danza en cámara lenta.

May sonrió, ligeramente avergonzada. “Es uno de mis lugares favoritos, pero… no mucha gente lo conoce. Me gusta venir aquí cuando necesito un respiro.”

Luca la miró con ternura, notando lo especial que era para ella compartir ese espacio íntimo. “Gracias por traerme. De verdad, es mágico.”

Mientras caminaban por el sendero cubierto de pétalos, May sintió una oleada de paz. Luca a su lado le brindaba una sensación de seguridad y calidez que hacía que todo pareciera más fácil, más llevadero. Aunque había pasado por momentos difíciles en el pasado, estar con él hacía que esos problemas se desvanecieran.

“¿Te imaginas tener un picnic aquí alguna vez? Con los cerezos en plena floración, sería el lugar perfecto para pasar el día,” sugirió May, sus ojos brillando de ilusión.

Luca asintió, encantado con la idea. “Sí, y tal vez podríamos traer algo de música, relajarnos bajo los árboles… Sería increíble.”

La conversación fluyó de manera natural mientras caminaban, hasta que finalmente encontraron una banca de madera bajo un enorme cerezo, donde decidieron sentarse a disfrutar del paisaje. El sol de la tarde se colaba entre las hojas, creando sombras danzantes sobre ellos. Todo parecía perfecto, demasiado perfecto.

Hasta que una voz conocida rompió la tranquilidad.

“¡Luca! ¡May! ¡Qué coincidencia encontrarlos aquí!”

Ambos levantaron la vista para ver a Haruka, la prima lejana de May. Haruka, siempre impecable en su presentación, llevaba un vestido que parecía más apropiado para una gala que para una caminata casual en un parque. Su presencia repentina fue un balde de agua fría para la atmósfera pacífica que Luca y May habían creado.

“Haruka…” murmuró May, claramente sorprendida. “¿Qué haces aquí?”

“Oh, estaba explorando la ciudad y pensé que podría encontrarlos en algún lugar bonito. ¿Y qué mejor que este parque?” respondió Haruka con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. Sus ojos, sin embargo, estaban fijos en Luca.

“Hola, Haruka,” dijo Luca educadamente, aunque había una tensión palpable en su voz.

Haruka se acercó a la banca y, sin dudarlo, se sentó justo al lado de Luca, casi invadiendo su espacio personal. “¡Qué lugar tan encantador! Me pregunto cómo nunca lo había descubierto antes. Luca, ¿te gustaría acompañarme a una galería de arte este fin de semana? Hay una exposición exclusiva de arte moderno que creo que te encantaría.”

May, que hasta ese momento había mantenido la calma, frunció el ceño. “Haruka, Luca y yo ya habíamos hecho planes para ese día.”

“Oh, vamos, May. No seas aguafiestas,” replicó Haruka con un tono ligeramente condescendiente, sin siquiera dirigirle una mirada. “Luca puede pasar tiempo conmigo y luego seguir con tus planes. ¿Verdad, Luca?”

Luca, atrapado entre el desconcierto y la frustración, intentó manejar la situación con diplomacia. “Eh… Haruka, realmente aprecio la invitación, pero ya había acordado con May que pasaríamos el fin de semana juntos.”

La sonrisa de Haruka se desvaneció un poco, pero rápidamente recuperó la compostura. “Por supuesto, claro. Lo entiendo. Solo pensé que quizás disfrutarías de algo más… interesante.” Su tono era frío, como si May no existiera en la conversación.

Las Primeras Tensiones

Los siguientes días fueron un constante tira y afloja. Haruka encontraba la manera de aparecer en los momentos más inoportunos. Si Luca y May se encontraban disfrutando de un almuerzo en la cafetería, Haruka se presentaba “casualmente”, insinuando conversaciones que excluían a May y halagando constantemente a Luca. Incluso, en una ocasión, llegó al punto de invitar a Luca a una cena privada en un restaurante de lujo, ignorando descaradamente la presencia de May.

“Es frustrante,” dijo May un día mientras caminaban por el campus. Su tono era bajo, pero Luca podía sentir la tristeza y la confusión en sus palabras. “No entiendo por qué Haruka se comporta así… Siempre hemos sido cercanas, pero ahora… parece que me está tratando como si no importara.”

Luca se detuvo y tomó la mano de May con suavidad. “Lo siento, May. Esto no es justo para ti, y no deberías sentirte así. Te prometo que hablaré con Haruka.”

“¿Crees que servirá de algo?” May lo miró con ojos llenos de duda. “Ella parece decidida a… no sé, apartarme de ti.”

Luca la miró con firmeza. “Nada ni nadie va a apartarte de mí, May. No te preocupes por eso.”

Un Encuentro Incómodo

La tensión continuaba creciendo, y Luca sabía que no podía dejar las cosas así por mucho más tiempo. Haruka seguía interfiriendo en su relación con May, y aunque intentaba mantenerse educado, la situación se estaba volviendo insoportable. Entonces, un día después de clases, decidió enfrentar a Haruka directamente.

Se dirigió a la cafetería donde sabía que Haruka solía ir después de sus actividades. Cuando entró, la encontró sentada junto a la ventana, tomando un café mientras leía un libro de tapa dura. Tan pronto como lo vio, una sonrisa resplandeciente iluminó su rostro.

“Luca, ¡qué sorpresa! Ven, siéntate,” dijo, señalando la silla frente a ella.

Luca respiró hondo antes de tomar asiento. “Haruka, necesitamos hablar.”

Haruka alzó una ceja, curiosa. “¿Sobre qué?”

“Sobre May y yo,” respondió Luca, con un tono más serio de lo habitual. “Mira, lo que estás haciendo… no está bien. Te has estado interponiendo entre nosotros, y no voy a permitir que sigas haciéndolo.”

Por un momento, el rostro de Haruka cambió. Su sonrisa desapareció y su expresión se volvió fría. “No sé de qué hablas. Solo estoy siendo amable contigo. No veo qué tiene de malo eso.”

Luca negó con la cabeza, firme en su postura. “Sabes exactamente lo que estás haciendo, Haruka. No está bien tratar a May de esa forma, ni intentar meterte en nuestra relación.”

Haruka se inclinó hacia él, su voz ahora era más suave, casi susurrante. “¿Y qué pasaría si te dijera que siento algo por ti, Luca? Que no puedo evitarlo…”

Luca retrocedió, sorprendido por la confesión, pero también firme. “Lo siento, Haruka, pero mis sentimientos son claros. Estoy con May, y ella es lo único que me importa.”

Haruka lo miró fijamente, sus ojos oscuros reflejando una mezcla de frustración y decepción. “Entonces… eliges a May por encima de mí.”

“Sí, y siempre lo haré,” respondió Luca sin dudar. “Ella es la persona con la que quiero estar.”

Un Último Esfuerzo

Esa noche, Luca fue a casa de May, decidido a resolver la tensión que se había generado entre ellos. Cuando ella abrió la puerta, se sorprendió al verlo, pero no pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa.

“Luca, ¿qué haces aquí tan tarde?”

Luca no dijo nada al principio. En lugar de eso, la tomó de la mano y la miró profundamente a los ojos. “May, lo siento. Haruka ya no va a interponerse entre nosotros. Hablé con ella hoy, y me aseguré de que entendiera que tú eres lo único que me importa.”

May parpadeó, sorprendida por la determinación en su voz. “¿De verdad lo hiciste?”

“Sí, y lo volvería a hacer mil veces más si fuera necesario,” respondió Luca con un tono firme pero cariñoso. “No quiero que te sientas insegura o mal por su culpa. Lo que tenemos es especial, y no voy a dejar que nadie lo destruya.”

Los ojos de May se llenaron de lágrimas, pero esta vez no eran de tristeza. Sin decir una palabra más, se lanzó hacia él, envolviéndolo en un fuerte abrazo. “Gracias, Luca. No sabes lo que significa para mí escuchar eso.”

Reafirmando el Amor

Luca la sostuvo con fuerza, como si no quisiera dejarla ir. “May, no me importa nada más, lo que siento por ti es real.”

May, con los ojos aún húmedos, se apartó ligeramente para mirarlo, sus manos aferradas a las de Luca. “A veces… me siento confundida. Es difícil de creer que ya signifiques tanto para mí. Pero cuando estás cerca, siento que todo tiene sentido.”

Luca la miraba con una intensidad que May no había visto antes. “No tiene que ser confuso. Yo también siento lo mismo, lo sé desde el momento en que te conocí. Algo en ti… algo me hace sentir que todo lo demás no importa.”

El ambiente entre ellos cambió en un instante. El silencio que siguió estuvo cargado de una tensión que ni ellos mismos sabían que existía. May sintió su corazón latir con fuerza, y sin pensarlo dos veces, sus dedos temblorosos acariciaron suavemente el rostro de Luca.

“Luca…” murmuró, su voz llena de incertidumbre, pero también de deseo. “¿Te das cuenta de lo que esto significa para nosotros? Hemos sido amigos… pero no puedo seguir pretendiendo que solo somos eso.”

Luca iba a responder, pero antes de que pudiera decir algo, May, con determinación en sus ojos, se acercó rápidamente y lo besó. Fue un gesto inesperado y apasionado, algo que ella misma no había planeado, pero que sentía profundamente en su corazón.

El beso era un torbellino de emociones, un comienzo y un final. Los labios de May temblaban al contacto, pero a medida que el beso se profundizaba, se volvió más seguro, más fuerte. Era como si en ese instante, todo lo que había estado contenida, todas las emociones, las dudas, las ansias, se liberaran.

Luca, sorprendido al principio, correspondió rápidamente. Colocó una mano detrás de la nuca de May, atrayéndola más hacia él, sintiendo cómo ese simple contacto hacía que todo lo demás desapareciera.

Cuando finalmente se separaron, ambos respiraban con fuerza, sus rostros aún a centímetros de distancia. Ninguno de los dos hablaba, simplemente se miraban a los ojos, sabiendo que ese beso había cambiado todo.

“¿Qué… significa esto?” preguntó Luca, todavía sorprendido por la intensidad del momento. “Este beso… no es algo que pueda ignorar.”

May tomó una respiración profunda, sus mejillas aún sonrojadas por el impulso. “Lo sé, Luca. Pero siento que hemos pasado por tanto. No quiero seguir pretendiendo que lo nuestro es solo una amistad.”

Luca le sostuvo la mano con firmeza. “¿Y si estamos yendo demasiado rápido? No me malinterpretes, quiero estar contigo, May. Pero no quiero que sientas presión.”

May negó con la cabeza, una sonrisa suave formándose en sus labios. “No es presión. Es lo que siento. Este beso no solo marca el fin de nuestra amistad tal como era. Marca el comienzo de algo más. Quiero estar contigo, Luca, no solo como tu amiga, sino como algo más.”

Luca la miró profundamente, y su corazón se aceleró. “¿Entonces, esto significa que… somos algo más? ¿Quieres que seamos una pareja?”

May asintió, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y nerviosismo. “Sí… quiero intentarlo. Siento que si no hacemos esto, estaremos negando lo que realmente sentimos.”

Luca sonrió, acercándose una vez más. “Entonces, estamos oficialmente juntos.” Sus labios rozaron los de May nuevamente, esta vez en un beso suave, lleno de promesas, un beso que sellaba su compromiso mutuo.

“Oficialmente,” susurró May, sonriendo contra sus labios.

Una Última Oportunidad

A pesar de la clara confrontación entre Luca y Haruka, ella no se rindió tan fácilmente. Al día siguiente, Luca recibió un mensaje inesperado. Era de Haruka, pidiéndole que se encontraran una última vez para aclarar las cosas. Luca no quería crear más tensiones, pero sabía que ignorarla solo empeoraría la situación.

Decidió aceptar la invitación, aunque con una firme decisión en mente: proteger su relación con May a cualquier costo.

La cafetería donde se encontraron estaba casi vacía. Haruka, sentada en una mesa en la esquina, lo recibió con una mirada que mezclaba arrepentimiento y algo más. Cuando Luca se sentó frente a ella, ella habló sin rodeos.

“Sabes, Luca… nunca pensé que llegaríamos a esto. Siempre te admiré desde la distancia, incluso antes de que May apareciera en tu vida.”

Luca la miró, serio. “Haruka, lo que hiciste no estuvo bien. Entiendo que puedas sentir algo por mí, pero no puedes interponerte de esa manera. No es justo ni para May ni para mí.”

Haruka suspiró, jugando con la taza de café frente a ella. “Supongo que en algún punto… me dejé llevar. Pero no es solo sobre ti, Luca. Siempre me sentí un poco… inferior a May. Ella siempre fue la favorita de la familia, la que lograba todo sin esfuerzo. Yo… siempre fui la sombra.”

Luca no esperaba esa confesión. Aunque todavía estaba molesto por cómo Haruka había actuado, ahora entendía que, en el fondo, también estaba lidiando con sus propias inseguridades.

“Haruka, no necesitas competir con May. No se trata de quién es mejor. Todos tenemos nuestro valor, y tú también lo tienes.”

Haruka lo miró, con los ojos brillando por las lágrimas que intentaba contener. “Lo sé, pero a veces… es difícil verlo. Quizás es hora de dejar de intentar ser algo que no soy. Solo… quería que lo supieras.”

Luca asintió lentamente. “Lo entiendo. Pero te pido que, por favor, respetes mi relación con May. Ella y yo hemos pasado por muchas cosas juntos, y no quiero que nada ni nadie la haga sentir mal.”

Haruka esbozó una sonrisa triste. “Lo haré. No fue mi intención lastimarla. A veces, solo me dejé llevar.”

Un Nuevo Comienzo

Después de esa conversación, las cosas entre Haruka, Luca y May comenzaron a calmarse. Haruka, aunque aún presente en sus vidas, dejó de entrometerse en la relación de Luca y May. Poco a poco, la tensión fue disminuyendo, y May sintió que podía respirar nuevamente.

Unas semanas después, Luca y May decidieron regresar al parque de cerezos donde todo había comenzado, esta vez para tener ese picnic del que tanto habían hablado.

“Es curioso cómo las cosas cambian tan rápido,” dijo May, recostada sobre la manta que habían extendido bajo uno de los árboles en flor.

“Sí, pero lo importante es que hemos pasado todo eso juntos,” respondió Luca, mientras sacaba una caja de bento que había preparado para la ocasión.

May lo miró con una sonrisa juguetona. “¿Y qué trajiste para comer, chef Luca?”

Luca se rió. “No esperes mucho. Solo preparé lo básico, pero lo hice pensando en ti.”

Mientras ambos disfrutaban de la comida y del tiempo compartido, el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de un suave tono anaranjado. Luca tomó la mano de May y la entrelazó con la suya, sintiendo la paz que tanto habían buscado.

“Estoy feliz de que hayamos superado esto,” dijo May, su voz suave pero llena de sinceridad.

“Y lo seguiremos haciendo, sin importar lo que venga,” respondió Luca, acariciando su mano con los dedos.

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Me da igual todo, odio a Haruka, no me importa si cambió o lo que sea, la odio xd

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Bueeeeee
Pero
Pero
Osea, más odiosa que Manao y Lucia no es
Por lo menos

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Sabes, me molesta más Haruka porque me recuerda a muchas personas en mi vida, pero aún así odio más a Manao y Lucía

Menos mal que es un personaje de un solo capítulo
Aparte gracias a ella, Luca y May terminaron volviéndose novios
(Me costó un montón escribir el beso)

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Eso es entendible
Lo importante es que no volverá a aparecer

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Eso, menos mal

Es verdad, aunque indirectamente

Me pasa lo mismo con eso, no soy capaz de hacer historias románticas JAJAJA

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Está chido

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