Capítulo 5: Entre Desayunos y Competencias
La luz de la mañana entraba suavemente por la ventana, y Tyler comenzó a despertarse sintiendo una calidez familiar a su lado. Lilith estaba acurrucada contra él, su respiración tranquila mientras dormía profundamente. Al principio, Tyler solo sonrió levemente, acostumbrado ya a la compañía de Lilith por las mañanas. Pero algo hizo que abriera los ojos de golpe: las miradas furiosas de Amelia y Camila.
Amelia estaba de pie en la puerta, con los brazos cruzados y las mejillas encendidas de ira, mientras que Camila observaba en silencio, con una mezcla de desconcierto y timidez.
—¡¿T-Tyler, qué rayos estás haciendo?! —espetó Amelia, intentando mantener la calma pero fallando rotundamente. Se volteó bruscamente, su rostro enrojecido, tratando de ocultar su obvia incomodidad.
Camila, en cambio, bajó la mirada, sin atreverse a decir nada. Sus manos temblaban un poco, aunque intentaba mantener una expresión neutral.
Tyler se levantó con cuidado, evitando despertar a Lilith, y levantó las manos en un gesto de rendición.
—¡Chicas, no es lo que parece! —dijo con una sonrisa nerviosa—. Solo estábamos durmiendo… Lilith duerme mejor así.
—¡¿D-durmiendo?! —gritó Amelia, con los brazos todavía cruzados y desviando la vista—. ¡Siempre tienes una excusa! ¡Hmpf, idiota!
Camila, más reservada, solo se mordió el labio, claramente incómoda con la situación.
Tyler intentó pensar en algo para calmar la tensión, pero justo cuando iba a proponer algo, su teléfono sonó. Era Amanda, la IA que supervisaba sus misiones. El holograma de su rostro apareció en el aire.
—Atención, misión urgente. Camila irá sola esta vez, y Amelia acompañará a Tyler —anunció Amanda con su habitual tono impersonal—. No hay tiempo que perder, movilícense inmediatamente.
—¡¿Con Tyler?! —exclamó Amelia, volviendo a ruborizarse al máximo, pero no hubo tiempo para quejarse. Amanda había cortado la llamada y la misión ya estaba en marcha.
Tyler y Amelia salieron rápidamente, listos para enfrentar lo que fuera. Se encontraban en un terreno montañoso, con enormes bestias de fuego que rodeaban la zona. Amelia, intentaba actuar independiente, lanzando llamas con furia mientras sus ojos esporádicamente buscaban a Tyler para asegurarse de que estuviera bien.
—¡No creas que necesito tu ayuda ni nada, i-idiota! —gritó Amelia mientras generaba una gigantesca ola de fuego, derritiendo una roca y derrotando a una de las bestias.
Tyler, con una sonrisa, esquivaba los ataques enemigos con agilidad.
—¡Tranquila, Amelia, estoy justo aquí! —respondió él, lanzándose sobre una de las criaturas y dándole un golpe decisivo con su espada. La coordinación entre ambos era perfecta, a pesar de las constantes protestas de Amelia.
La batalla fue intensa, pero ambos salieron victoriosos. Amelia, aunque trataba de no mostrarlo, se sentía orgullosa de su trabajo en equipo con Tyler. Sin embargo, seguía manteniendo su actitud distante.
—Lo hiciste genial, Amelia. Sabía que podía confiar en ti —le dijo Tyler, dándole una palmadita en la espalda.
Amelia, ruborizada, apartó la vista y murmuró:
—Hmph, como si necesitara tus cumplidos… pero… g-gracias.
De vuelta en el departamento, fueron recibidos por una sorpresa inesperada. Lilith había preparado el desayuno para todos, pero el plato de Tyler destacaba: huevo revuelto con palta y tostadas, su comida favorita. Lilith, sin embargo, parecía un poco incómoda mientras lo observaba.
—Lilith… ¿has hecho esto para mí? —preguntó Tyler, impresionado por el detalle, aunque notó la expresión de desagrado en su rostro.
Lilith asintió lentamente, sin levantar la vista. El olor del huevo y la palta no parecía ser de su agrado, pero aun así, lo había hecho para él. Amelia y Camila intercambiaron miradas. Era evidente que Lilith estaba comenzando a unirse a la competencia por la atención de Tyler, aunque no lo admitiera abiertamente.
Amelia, siempre directa, levantó una ceja.
—Hmpf, claro, ahora resulta que Lilith sabe cocinar —dijo en tono burlón, aunque en el fondo sentía una ligera punzada de celos.
Camila, más tímida, solo sonrió débilmente.
—Está delicioso, Tyler… se nota que lo ha hecho con mucho esfuerzo —dijo, tratando de suavizar la tensión en el aire.
Tyler agradeció a Lilith con una sonrisa cálida y comenzó a comer. Lilith, por su parte, se sentía cada vez más nerviosa. Mientras intentaba no prestarle atención a sus propios sentimientos, no podía negar que ver a Tyler disfrutar de su comida la hacía sentir algo cálido por dentro.
El resto del día transcurrió de forma tranquila, aunque la competencia entre Amelia, Camila y ahora Lilith era palpable. Cada una trataba de llamar la atención de Tyler de formas sutiles: Amelia lo desafiaba a pequeños juegos, Camila intentaba ayudarlo con las tareas del hogar, y Lilith, aunque más reservada, se esforzaba por estar cerca de él.
Tyler, como siempre, parecía ajeno a todo, simplemente disfrutando de la compañía de sus amigas. Pero algo había cambiado en la dinámica entre ellos, y aunque Tyler no lo notaba, las chicas lo sentían con cada interacción.
Al caer la noche, las chicas intercambiaron miradas y, finalmente, Amelia tomó la iniciativa.
—Oye, Tyler… hemos estado pensando… tal vez podríamos dormir todos juntos esta noche —sugirió, intentando sonar casual, pero su tono traicionaba una mezcla de nerviosismo y determinación.
Camila asintió rápidamente, mientras Lilith permanecía en silencio, observando la situación. Tyler, aunque sorprendido por la propuesta, sonrió de forma amable.
—¿Dormir todos juntos? Bueno, no veo por qué no —dijo Tyler, sin pensar demasiado en las implicaciones.
Y así, los cuatro se acomodaron en la cama improvisada de Lilith. Aunque el espacio era reducido, encontraron la forma de dormir abrazados, con Tyler en el centro. A medida que el cansancio los envolvía, Tyler mencionó algo en voz baja.
—Mañana… deberíamos ir a comprar una cama para Lilith. Ya es hora de que tenga su propio espacio.
Las chicas asintieron en silencio, y poco a poco, el sueño los venció. Sin embargo, algo más flotaba en el aire: una sensación de conexión que no estaba presente antes. Lilith, aunque no decía nada, se quedó pensando en lo mucho que había cambiado desde que llegó al departamento. Sentía algo por Tyler, algo que no podía ignorar más, aunque seguía resistiéndose a aceptarlo.
Finalmente, todos se quedaron dormidos, con Tyler abrazado a sus tres compañeras, ajeno a los sentimientos que estaban floreciendo a su alrededor.