Capitulo 9: Bajo el cielo de la infancia
El día comenzó tranquilo, sin la urgencia de misiones ni entrenamientos. Tyler se despertó con una sensación de paz inusual, el departamento estaba silencioso y, por un momento, se permitió disfrutar de la calma. Hoy sería diferente, un día especial. Tyler y Lilith se conocían desde siempre, pero con todo lo que había ocurrido últimamente, había tenido poco tiempo para estar realmente a solas con ella.
—¿Te gustaría salir hoy, solo nosotros dos?—, le dijo con una sonrisa suave cuando Lilith apareció en la cocina, aún despeinada y con su rostro lleno de una calma matutina.
Lilith lo miró con cierta sorpresa, pero asintió. El día prometía ser uno donde dejarían de lado sus poderes y la lucha contra el mal. Tyler sabía que Lilith no estaba involucrada en ese mundo, al menos aún no. Quería aprovechar cada momento antes de que su vida también cambiara por completo.
Salieron a caminar por la ciudad, sin rumbo fijo. Lilith siempre había sido alguien tranquila, observadora, y mientras caminaban juntos, Tyler no podía evitar notar cómo su mirada captaba cada detalle del entorno. Había algo reconfortante en su compañía, algo familiar y profundo.
—Hace tiempo que no hacemos esto —comentó Tyler después de un rato, rompiendo el silencio.
—Demasiado tiempo —respondió Lilith con una sonrisa discreta. Sus palabras eran pocas, pero siempre significativas.
Llegaron a un pequeño parque en las afueras, un lugar que ambos conocían desde que eran niños. Tyler se dejó caer en la hierba, mirando el cielo mientras Lilith lo seguía, sentándose cerca de él.
—¿Recuerdas cuando solíamos venir aquí? —preguntó Tyler con un aire nostálgico.
Lilith asintió. Era el lugar donde habían pasado muchas tardes en su niñez, lejos del bullicio de la ciudad, donde podían ser simplemente ellos dos, sin preocupaciones.
Tyler le contó algunas anécdotas de aquellas tardes, cómo solían competir en pequeñas carreras o simplemente tumbarse en el césped a imaginar figuras en las nubes. Lilith lo escuchaba, riendo suavemente en los momentos adecuados, pero su mente vagaba en algo más profundo. La relación que habían construido a lo largo de los años se había transformado de una manera que aún no lograba entender del todo.
Conforme avanzaba la tarde, ambos terminaron en una pequeña cafetería donde solían ir cuando eran niños. El lugar apenas había cambiado, y eso los hizo sonreír. Tyler pidió para ambos, recordando perfectamente el café que Lilith solía tomar y el sándwich que siempre pedía. Estar con ella era reconfortante, y aunque Tyler intentaba mantener el día ligero, había una conexión silenciosa que crecía con cada palabra y gesto entre ellos.
Lilith, por otro lado, estaba en conflicto consigo misma. Había algo dentro de ella que se había ido encendiendo con el tiempo, una chispa que ya no podía ignorar. Sentía algo por Tyler, algo que no era solo amistad. Pero, cada vez que sus ojos se encontraban, Lilith apartaba la mirada, temerosa de lo que podría suceder si admitía sus sentimientos.
Al terminar su comida, ambos decidieron dar un paseo por los alrededores. Mientras caminaban, llegaron a un pequeño puente que cruzaba un arroyo. El sonido del agua fluyendo y el suave susurro del viento creaban una atmósfera casi mágica.
Tyler se apoyó en la barandilla, mirando el agua, mientras Lilith se quedó a su lado, sintiendo cómo el silencio creaba una conexión más profunda entre ellos. En ese momento, Lilith sintió que el momento era el adecuado. Quería confesarle sus sentimientos, dejar que Tyler supiera lo que realmente sentía en su corazón.
—Tyler, yo…— comenzó, su voz suave pero temblorosa. —Quiero que sepas que…
Su corazón latía con fuerza, y mientras miraba a Tyler, la sinceridad en su mirada la empujaba a continuar. Pero, justo cuando estaba a punto de soltar las palabras que tanto había guardado, el miedo la detuvo. ¿Qué pasaría si su confesión cambiaba la dinámica entre ellos? En un instante, decidió cambiar de rumbo.
—Quiero que sepas que eres un gran amigo y siempre estaré aquí para ti—, dijo, sonriendo con una mezcla de tristeza y alivio.
Tyler, sintiendo la lucha interna de Lilith, no pudo evitar notar el cambio en su expresión. Algo le decía que había más detrás de sus palabras, pero prefirió no presionarla. Sabía que las cosas podían complicarse, y a veces, el silencio era más poderoso que las palabras.
—Y yo siempre estaré aquí para ti, Lilith—, respondió, sintiendo que había una conexión más allá de la amistad, pero sin querer romper el momento. Eres increíble.
Al caer la tarde, decidieron regresar al departamento. El cielo se tiñó de tonos anaranjados y rosados, y una sensación de calma les envolvió mientras caminaban juntos en silencio. Lilith sentía que había perdido una oportunidad, pero al mismo tiempo, la conexión que habían compartido durante el día le daba esperanza.
Antes de entrar, Tyler se detuvo en la puerta y miró a Lilith. Ella lo miró de vuelta, y por un momento, sus ojos se encontraron. Lilith sintió su corazón acelerarse, pero rápidamente desvió la mirada, insegura. Había querido decirle algo todo el día, pero no encontraba las palabras.
—Gracias por hoy, Lilith —dijo Tyler, su voz cálida y sincera.
Ella lo miró de nuevo, y por un segundo, pensó en confesarle lo que sentía. Sus labios se movieron, pero las palabras no salieron. Simplemente sonrió, bajando la mirada, mientras una cálida sensación se extendía por su pecho.
Lilith se preparó para dormir. Aunque ahora tenía su propia cama, el recuerdo de aquel día junto a Tyler la acompañaría en sus sueños. A medida que se acomodaba, su mente se llenó de pensamientos sobre él, su risa y la forma en que había mirado su rostro.
Mientras tanto, Tyler se sentó en el sofá, mirando la puerta de la habitación de Lilith. Había algo en el aire, un cambio que había notado pero que no sabía cómo abordar. Quería ser un apoyo para ella, pero no quería presionarla. Así, se dejó llevar por sus pensamientos, sintiendo una conexión más fuerte que antes.
Finalmente, se acomodó para dormir, sin saber que ambos compartían un mismo anhelo, un deseo de más, pero aún atrapados en el miedo a romper la hermosa dinámica que habían construido.